Hace 10 días que el agua tiene un color turbio y un olor desagradable. El municipio apuntó que sigue siendo potable. Desconfiados muchos ya acuden a la compra de agua embotellada y lo que en principio fue recibido como una bendición la considerable baja en el importe de las facturas, hoy termina costando para muchos más de lo que pensaban.
Alejandro “Tati” Eguiguren exgerente General de la Coopi relata lo que esta sucediendo con el servicio en manos del municipio
Hace seis meses el Municipio de Carlos Paz le quitó el servicio de agua a la Coopi, sinceramente pensé que el deterioro se vería en un par de años pero la realidad supera cualquier pronóstico. La improvisación, la incapacidad, la impericia, la soberbia y la ignorancia de la que hacen gala se empezó a notar desde el primer día.
Los operarios aún hoy andan con los pantalones que dicen Coopi porque no les entregan la totalidad de la ropa que especifica el convenio, es más le indican que cubran el nombre Coopi de la ropa que aún hoy siguen usando, los lectureros no tienen el sistema de captura instalado por lo que deben hacerlo en planillas y manualmente, las cuadrillas no tienen herramientas y la Cooperativa San Roque debe prestarles cepillos barredores, varios llevan sus propias herramientas, a Juan Gallardo ex capataz de la Coopi, jubilado y contratado por la Municipalidad hace varios años (al igual que Cotti y Lescano), le prohiben que siga abriendo y cerrando llaves, por el desastre que genera su impericia y desactualización. Pretenden habilitar tanques en desuso para disminuir la presión y que no se sigan rompiendo las cañerías (El servicio de agua está detonado). No quieren bombear para reducir el gasto. No compran los insumos necesarios para mantener el estándar alcanzado por la prestación cooperativa, manejan con total impericia el tratamiento en la Planta de Cuesta Blanca que se evidencia en el empeoramiento de la calidad del agua (un desastre), todo esto a pesar de que cuentan con el “SABER HACER” de los compañeros cooperativos que pasaron al municipio, pero esto por si solo no alcanza, fué “EL SABER HACER DE LOS CUADROS DIRECTIVOS DE LA COOPI” el que traccionó al resto de trabajadores. Hoy siento mucha tristeza y bronca viendo que el servicio de agua está retrocediendo a pasos agigantados, me hace acordar a los 80, un verdadero “CRIMEN”. Lo de la cañería para Villa del Lago es solo un botón de muestra, la criminal reducción de la tarifa de agua que es subvencionada a través de rentas generales, desalienta la restricción del consumo vía medición y tarifa. Cualquier estudiante de primer año de la carrera de ingeniería sanitaria lo sabe, pero el objetivo de denostar a la Coopi es más fuerte que el raciocinio y el sentido común. Echan por tierra en un segundo la disciplina consuntiva lograda a través de décadas de instrumentación de políticas tarifarias medidas, el derroche que esta “SUPINA ESTUPIDEZ” trae aparejadas consecuencias totalmente predecibles, altísimos costos económicos, sanitarios, sociales y ambientales que pagaremos entre todos.