La apertura importadora, que tuvo su primer paso formal en el sector automotor, golpeó duramente a la industria autopartista local. Su situación se ve, además, erosionada por el atraso cambiario que le quita competitividad internacional al segmento.

La industria autopartista argentina enfrenta un déficit comercial debido a que las importaciones impulsadas por la liberación de la compra de autopartes y vehículos, superan ampliamente a las exportaciones. Si bien las importaciones de autopartes han crecido fuertemente en el último año, especialmente de componentes como transmisiones y eléctricos, esto se ha dado en un contexto de baja competitividad para el sector local y fuerte carga impositiva, lo que dificulta su crecimiento en el mercado exterior.
Dentro de la industria, uno de los sectores en donde más incrementaron las importaciones es el automotriz. De acuerdo al balance del Banco Central, las importaciones de todo el complejo subieron 146% en el período enero-septiembre. Al interior de este complejo industrial, dejando de lado a las terminales automotrices, las fábricas más golpeadas están en el entramado autopartista, lo cual aleja a este entramado de dos objetivos deseables: mayor incorporación de autopartes nacionales por cada 0 km y la expansión de proveedores locales.
La desregulación ahoga a autopartistas que piden mayor protección
La industria autopartista argentina acumula un déficit comercial récord de USD 7.404 millones entre enero y septiembre de 2025, lo que representa un aumento del 6.7% respecto al mismo período del año anterior. Los mayores déficits se registran en los segmentos de transmisiones (USD 1.629 millones), eléctrico (USD 1.097 millones) y motores (USD 564 millones).
Lo que más preocupa al sector es el comercio con Brasil lubricado con el Acuerdo de Complementación Económica. Éste permite que los vehículos producidos por miembros del Mercosur se comercialicen sin arancel. Sin embargo, al ser flexible la norma, desde AFAC denuncian que se benefician de la medida 0 km que tienen más del 80% de sus componentes fabricados en países extra bloque, especialmente en China.
Lo que da por resultado la apertura comercial para vehículos de facto made in Asia con cuyos componentes no pueden competir al tener otros costos y subsidios estatales. La consecuencia tanto de la normativa flexible del Mercosur, como de la vocación aperturista del gobierno es el “debilitamiento progresivo y el riesgo inminente de desaparición de decenas de empresas autopartistas en Argentina”, de acuerdo a AFAC. Lo cual pone un manto de incertidumbre en los más de 75 mil empleos generados de forma directa por el entramado autopartista a lo largo de 10 provincias argentinas.
Dos cierres
En el último mes, dos fábricas fueron víctima de la crítica realidad que atraviesa el sector. Dana, empresa de capitales estadounidenses, anunció el cierre definitivo de su planta ubicada en San Luis desde donde operaban 50 trabajadores. Mientras que, por otro lado, la autopartista sueca SKF también puso fin a su actividad en provincia de Buenos Aires, dando de baja a 150 contratos.
Las inconsistencias del programa económico anarcolibertario
Impacto en el mercado
- Precios: La importación de autopartes chinas a precios muy bajos ha impactado en el mercado argentino.
- Competitividad: La competencia con los productos importados ha dificultado el crecimiento de la industria local, a pesar de los esfuerzos del gobierno por protegerla.
La dificultad para competir con bienes importados, producidos desde otras economías con diferentes incentivos tanto productivos como fiscales, como así también con otro nivel de estabilidad financiera no es solo una realidad del autopartismo. Casi la totalidad del sector manufacturero no goza de buena salud. Al menos, así lo evidencia el último informe económico de Fundación FIEL que computó para octubre una caída de la actividad industrial de magnitud, siendo la contracción de -5,3% en comparación con octubre del 2024.
La mala performance de octubre supone que el volumen de la actividad industrial terminará el año en negativo o en línea con los niveles del 2024, un año malo para la industria. Sin embargo, el informe expone la realidad diversa al interior del sector productivo. Mientras la industria automotriz acumula cuatro meses de retroceso interanual -con caída de ventas de vehículos nacionales tanto como de exportaciones.



