El conflicto por los 120 trabajadores despidos en la Petroquímica de Río Tercero está lejos de resolverse después de la primera audiencia de conciliación en el Ministerio de Trabajo de Córdoba.

El lunes la empresa comunicó el despido de más de 120 trabajadores y la dispensión del resto del personal hasta nuevo aviso, en un intento de paralizar la planta por completo.
Desde el sindicato se convocó a un paro por 24hs y la resistencia de los trabajadores se puso en marcha con un corte del ingreso al polo químico, la permanencia en el establecimiento del turno noche y la concentración en la puerta para defender los puestos de trabajo.
El miércoles 16 de julio, los trabajadores de Petroquímica Río Tercero se movilizaron a la delegación del Ministerio de Trabajo de la ciudad, donde se realizaba la primera audiencia con la patronal tras el dictado de la conciliación obligatoria. Para reclamar, junto a organizaciones sindicales y políticas, la reincorporación de los más de 120 despedidos.
La Empresa justifica su decisión debido a la “situación económica financiera” , la cual se agravaría a partir de la apertura de las importaciones impulsadas por el gobierno de Milei.
“Cada día suena el despertador para ir a laburar y parece que laburamos en una cárcel”, dijo Lucas Felici, del gremio SPYQPYA (Sindicato Químico, Petroquímico y Afines), para dar cuenta de la situación en el principal polo químico de la provincia.
El representante gremial dijo que reclamó en la sede de la cartera laboral que se retiren las fuerzas armadas y que se reinstalen los servicios de luz y agua caliente.

El referente sindical también cuestionó la falta de apoyo del intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, y señaló que se alineó con el discurso de La Libertad Avanza de cara a las próximas elecciones.
“El Intendente no acompaña a los trabajadores, sacó versiones poniendo en duda el derecho a huelga, sólo se posicionó del lado de los poderosos, alineándose con La Libertad Avanza y no se hizo cargo de que la política de desindustrialización se está llevando puesto el polo químico más grande de la provincia”, sostuvo Felici.
El centro de estudios Sinergia, dedicado a análisis políticos económicos y sociales de Río Tercero, evaluó el impacto económico y social que tienen los 124 recientes despidos en Petroquímica Río Tercero, ahora en suspenso debido a una conciliación obligatoria, sumados a los 125 que hubo a finales de 2024, publica el Diario de Río Tercero.
El informe dice lo siguiente:
La ciudad de Río Tercero cuenta con una población de 53.166 habitantes, según el último Censo Nacional del año 2022. Dentro de esa población, la Población Económicamente Activa (PEA), es decir el conjunto de personas en edad laboral es de 34.026 personas.
El resto de la población, que no forma parte de la PEA, incluye a estudiantes, jubilados, personas con discapacidad sin búsqueda activa de empleo, y otros.
En este contexto, resulta especialmente significativo el impacto de los recientes despidos en la empresa Petroquímica Río Tercero. En octubre de 2024, la firma desvinculó a 125 trabajadores, de los cuales solo 23 fueron reincorporados. Luego, en julio de 2025, se produjeron otros 125 despidos, lo que arroja un total de 227 desvinculaciones netas en menos de un año.
Esta cifra implica un incremento directo del desempleo en la ciudad de aproximadamente el 0,72%, considerando una base de 31.338 personas ocupadas según la tasa de actividad local del 64%.
Pero el problema va mucho más allá de un dato estadístico. Cada puesto de trabajo perdido representa el ingreso principal y muchas veces único de una familia. La pérdida de esa fuente laboral desestabiliza economías domésticas, altera rutinas, frustra proyectos y multiplica la incertidumbre. A nivel social, estos impactos se traducen en mayor presión sobre la asistencia pública, un deterioro del ánimo colectivo y una contracción visible del consumo local.
Desde una perspectiva económica, el golpe también es contundente. Los 227 despidos netos representan una pérdida estimada de más de 4.100 millones de pesos anuales en ingresos laborales que dejan de circular en la economía local.
Esa cifra equivale a una caída masiva del poder de compra que repercute directamente en comercios, prestadores de servicios, PyMEs y hasta en la recaudación del propio municipio. En ciudades como Río Tercero, donde gran parte del entramado económico depende del salario como motor del consumo, estos eventos no solo afectan a quienes pierden el empleo, sino que arrastran tras de sí a toda la comunidad. Por eso, más que un conflicto sectorial, esto debe ser entendido como una crisis de impacto sistémico que requiere atención y respuestas urgentes de todos los actores sociales.
ESTIMACIÓN DEL IMPACTO INDIRECTO: UN EFECTO EN CADENA QUE SE EXPANDE
Más allá de los 227 despidos directos registrados en la planta de Petroquímica Río Tercero S.A., el impacto real sobre el empleo local no termina en los portones de la fábrica. Sectores como el industrial -y en particular la industria química pesada- presentan una fuerte interdependencia con una amplia red de actividades económicas locales.
Cada puesto de trabajo formal sostiene, directa o indirectamente, múltiples otros empleos que dependen de su funcionamiento: transportistas, contratistas de mantenimiento, operarios tercerizados, proveedores de insumos, comercios de cercanía, servicios profesionales e incluso empleos administrativos vinculados. SINERGIA
Impacto de los Despidos en PRIII
Para dimensionar ese efecto indirecto se utiliza una herramienta común en el análisis económico: el coeficiente multiplicador de empleo. En este informe se optó por aplicar un coeficiente de 1,5, lo que implica que por cada despido directo pueden verse comprometidos 1,5 empleos indirectos. La elección de este valor no es arbitraria. Se trata de una estimación conservadora y prudente, basada en antecedentes académicos y técnicos. Diversos estudios del BID, la OIT, universidades nacionales y organismos internacionales ubican el rango de multiplicación del empleo industrial entre 1,4 y 2,2, dependiendo del tipo de industria, el tamaño de la empresa y el grado de articulación con proveedores locales.
En el caso de la industria química pesada, donde los procesos son intensivos en insumos, logística y servicios especializados, el multiplicador tiende a estar en el extremo superior de esa escala. Sin embargo, para no sobredimensionar el impacto, se optó por mantenerlo en un valor intermedio-bajo. Aplicando ese coeficiente de 1,5 a los 227 despidos netos, se estima que podrían perderse o verse comprometidos 340 empleos indirectos adicionales.
De este modo, el impacto total del conflicto asciende a 567 puestos de trabajo afectados, lo que representa cerca del 1,81% del total de empleos estimados en Río Tercero, mientras que el impacto económico potencial es de más de 10.200 millones de pesos anuales. Estas cifras confirman que el conflicto no es solo una cuestión sindical o sectorial: se trata de un fenómeno con consecuencias transversales sobre el tejido económico y social de la ciudad.



