Son lo que hoy se conoce como nómades digitales.
El concepto de “dejar todo y viajar ” interpela a muchas personas, pero son pocas las que se animan a patear el tablero. Aunque en los últimos años se multiplicaron los casos de personas que se arriesgan, la mayoría se conforma con descansar de la rutina en las vacaciones, sin contar que para muchas otras ni siquiera es una opción viable en términos económicos. Pero, ¿qué pasa cuando aparece otra alternativa menos extrema que conjuga el turismo con el trabajo? Romina Viola (27) y Maximiliano Albella (31), una pareja de cordobeses, entran en esta categoría: trabajan remoto y su oficina es el AirBnb de la ciudad que elijen para instalarse un tiempo.
Romina es de Carlos Paz, Maximiliano de Villa Allende. Se conocieron en un trabajo hace 5 años y, cuando la empresa estaba por quebrar, Maximiliano que es diseñador gráfico, optó por la modalidad freelance. Mientras buscaba trabajo, Romina (comunicadora) revisó la casilla de correo no deseado y se encontró con lo que años después les permitiría recorrer el mundo sin dejar de recibir un sueldo fijo al principio de cada mes. Una compañía de diseño malaya, Pik to chart, buscaba una persona de Latinoamérica para cubrir un puesto de atención al cliente. Tras un video improvisado y varias entrevistas, consiguió el trabajo y, poco tiempo después, viajó a Malasia a conocer a sus empleadores.
-¿Cuáles son los pros y contras de este estilo de vida?
Romina: Como pro, todas las cosas que tiene viajar, conocer gente, lugares, comida. Nosotros nos volvemos locos por lo gastronómico, sobre todo acá en Asia. La primera vez que vinimos nos habíamos hartado mucho, estas últimas veces probamos y nos gustó. De hecho, extrañamos cada vez menos la comida argentina. Nos acostumbramos a la comida de acá, sabemos qué comer y es más fácil. En algún sentido, empezás a ver el mundo mucho más grande de lo que una pensaba, está lleno de gente que tiene historias, calles, y cuanto más conoces, más querés viajar, porque te das cuenta de que no tenés idea de nada.
-Maximiliano: Volvimos dos veces a la Argentina, así que no tenemos esa sensación de destierro de cuando te vas a vivir para siempre a otro lugar. Como contra, el ritmo que llevamos termina siendo muy agotador, porque muchas veces hay que pelear con aerolíneas por el peso de las valijas por ejemplo. Viajar en sí es estresante. Ahora nos quedamos sin agua en el departamento y en Córdoba también puede pasar, pero como no es nuestro departamento y no es nuestro idioma, todo eso sumado hace la diferencia.