El sindicato del Personal de Obras Sanitarias (Si.P.O.S. Cordoba) se manifesto en apoyo de sus compañeros que fueron imputados por el volcamiento de liquidos cloacales al arroyo de Huerta Grande, denuncia que efectuo el Intendente de esa localidad.
El gremio desligo de responsabilidades a los imputados y manifesto que “…(los trabajadores) en lugar de ser reconocidos por su cada vez más ardua e ingrata tarea, son puestos en la picota por el poder político y judicial, convirtiéndolos en verdaderos perejiles, tras los cuales se busca esconder a los verdaderos responsables del estado de situación ambiental de toda la cuenca.”
En otro parrafo expreresa: “No es casualidad que en vez de reconocimiento sobre dos de ellos recaiga una imputación penal objeto de amplia propaganda, justo en el año en que finaliza el contrato de concesión de la cuenca Norte y el Intendente de Villa Carlos Paz, Esteban Avilés, anunció la decisión de hacerse cargo del servicio de cloacas en Carlos Paz.”
En el comunicado defienden a sus compañeros de trabajo y “denunciamos el trasfondo no visibilizado aún de desprestigiar una gestión”
EL SIPOS CORDOBA MANIFIESTA
Desde el Sindicato del Personal de Obras Sanitarias Córdoba (Si.P.O.S. Córdoba), organización sindical que representa a los trabajadores de agua y saneamiento de la provincia de Córdoba, representatividad que incluye a los trabajadores de la Coopi, sindicato al que pertenece como afiliada la Compañera Fernanda Montserrat Eguiguren, repudiamos la artera e injusta maniobra judicial que se ha perpetrado, imputándola al igual que a Jorge Pafundo, por el volcamiento de líquidos cloacales en sin tratamiento al arroyo en la localidad de Huerta Grande, en una causa que tiene como denunciante al intendente comunal, quien, como todos los representantes gubernamentales, conoce las verdaderas causas de las fallas de las que adolece el sistema, principalmente las dificultades que conlleva su sostenimiento con una tarifa política totalmente insuficiente para cubrir los costos reales de mantenimiento de la infraestructura existente.
Desde el inicio de la concesión, para disminuir el monto de la factura a recibir y abonar por los usuarios, se restó de la misma el costo de la amortización de la infraestructura (los equipos), por lo que estos no se pueden reponer, como no se pudieron reponer las bombas que se encuentran en un estado de total obsolescencia, todo lo que obliga a multiplicar el ingenio y el trabajo de los operadores del sistema, quienes en lugar de ser reconocidos por su cada vez más ardua e ingrata tarea, son puestos en la picota por el poder político y judicial, convirtiéndolos en verdaderos perejiles, tras los cuales se busca esconder a los verdaderos responsables del estado de situación ambiental de toda la cuenca. No quieren acordarse del desguace de Obras Sanitarias de la Nación (O.S.N.). El traspaso de los servicios de agua potable y cloacas a las provincias y municipios sin importar en que condiciones. En Córdoba se creó la Empresa Provincial de Obras Sanitarias (E.P.O.S) para prestar los servicios de agua potable y cloacas. Finalmente y continuando con la política privatista ejecutada en los años 90, se transfirió el servicio de cloacas (el menos rentable con menor cobertura y cantidad de conexiones), al Municipio de Córdoba en Abril de 1990. En el año 1992 hicieron desaparecer definitivamente la E.P.O.S. creando la Di.P.A.S., para privatizar en el año 1997 la prestación del servicio de producción y distribución domiciliaria de agua potable en esa localidad, en su zona más rica, más densamente poblada y con más cobertura de servicio.
En ese largo proceso de destrucción de las herramientas estatales de saneamiento, como condición indispensable para la privatización del servicio de agua potable en la ciudad de Córdoba, el estado provincial abandonó los servicios que prestaba en el interior provincial, servicios que fueron transferidos a los municipios o a cooperativas de trabajadores o de usuarios. El caso del servicio de cloacas de la Falda mostró una particularidad interesante, mantuvo al personal, redujo el mantenimiento de la planta de tratamiento hasta casi su paralización total, disminuyó y hasta paralizó por largos períodos el suministro de productos químicos necesarios para el tratamiento de los efluentes, se dejó de mantener las redes colectoras de líquidos cloacales que fueron desde entonces mantenidas precariamente por personal municipal y se dejó de facturar el servicio a los usuarios. En definitiva se concretó un abandono criminal del servicio que se tradujo en el volcamiento casi permanente de líquidos cloacales crudos al arroyo La Falda. En el año 2000 con la construcción de la planta de tratamiento de Valle Hermoso así como el inicio de la construcción de las redes colectoras en Villa Giardino y Huerta Grande y la duplicación de la planta de La Falda, en medio del caótico esquema operacional e institucional descripto se multiplicó la problemática siendo aún más anárquica la prestación.
En este estado de situación se hace cargo del servicio Cuencas Arcoop, la situación no podía ser más desalentadora, el servicio colapsado las plantas sin funcionar los usuarios en rebeldía contributiva. La tarea fue y sigue siendo titánica y los protagonistas invisibilizados sin lugar a dudas son los trabajadores. No es casualidad que en vez de reconocimiento sobre dos de ellos recaiga una imputación penal objeto de amplia propaganda, justo en el año en que finaliza el contrato de concesión de la cuenca Norte y el Intendente de Villa Carlos Paz, Esteban Avilés, anunció la decisión de hacerse cargo del servicio de cloacas en Carlos Paz. Así las cosas, defendemos el correcto desempeño de Fernanda Eguiguren y Jorge Pafundo, a la vez que denunciamos el trasfondo no visibilizado aún de desprestigiar una gestión que debiera ser valorada en todo el ámbito de la cuenca de que se trata, pues los resultados de 15 años gestionando el servicio de cloacas de los habitantes de parte Punilla, con el compromiso puesto por parte de sus trabajadores, no deberían ser cuestionados legal, política y periodísticamente, sino reconocidos considerando las circunstancias reales en las que debió dar batalla para mejorar como se ha hecho las condiciones de vida de miles de habitantes.